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Igor Estefane Lopes Macedo

Bióloga especialista en Medio Ambiente en Bracell

OpCP74

De la conservación a la recuperación

En los últimos años, el sector forestal brasileño ha ganado notable visibilidad debido a la evolución de sus técnicas de gestión, incluidas inversiones relevantes en programas y proyectos de conservación ambiental.

Rompiendo las barreras del cumplimiento básico de las condiciones ambientales y de los principios de certificación, Bracell Bahia construye, desde hace 10 años, una serie de programas ambientales para mantener y promover la biodiversidad en la costa norte y rural de Bahía. Existen nada menos que ocho programas ambientales, orientados a conservar la fauna, la flora y los recursos hídricos, incluyendo iniciativas encaminadas a promover la educación ambiental, especialmente entre las comunidades vecinas a las unidades de conservación.

Desde su creación, estos programas se han mejorado continuamente con nuevas técnicas y tecnologías. Un movimiento importante en esta dirección fue el Compromiso Uno a Uno, a través del cual Bracell se compromete a contribuir a la conservación de una hectárea de bosque nativo por cada hectárea plantada de eucalipto.

Este compromiso, que se basa en alianzas con los gobiernos estatales, involucra espacios propios y públicos. El objetivo de la empresa es alcanzar la igualdad hasta 2025 en todas las áreas de operaciones de Bracell en Bahía, Mato Grosso do Sul y São Paulo. Otra medida importante es el lanzamiento de Bracell 2030, una agenda estratégica ambiental, social y de gobernanza corporativa con 14 nuevos compromisos y objetivos para los próximos siete años, con pilares que involucran la acción climática, el desarrollo de paisajes y biodiversidad sostenibles, el crecimiento sostenible y el empoderamiento de vidas.

Para ser más específicos, destaco el Programa de Monitoreo de la Biodiversidad para la Conservación de Fauna y Flora y el Programa de Regularización Ambiental, ambos iniciados en 2015 y 2016, los cuales asumieron un rol estratégico dentro de la empresa. Debido a la importancia que han demostrado, estos programas han sido rediseñados sucesivamente para alcanzar objetivos aún más audaces, con el fin de contribuir, cada vez más, a una mejor comprensión de la relación entre la gestión forestal y la biodiversidad.

El monitoreo de fauna y flora tiene como principal objetivo comprender los impactos del manejo forestal sobre la biodiversidad y sugerir acciones de mitigación para reducirlos. Desde 2019, el programa sigue el mismo diseño de muestreo, obteniendo un histórico de resultados referentes a las comunidades de fauna y flora de la costa norte de Bahía. Este diseño cubre ocho áreas distribuidas en los biomas de los enclaves Mata Atlántica, Caatinga y Cerrado, cuatro de las cuales son consideradas de alto valor de conservación, siguiendo criterios de certificación. Hasta la fecha se han registrado en ellos 641 especies de fauna y 336 especies de flora, 44 de las cuales se encuentran amenazadas.

Al observar los datos durante los 5 años, verificamos que no existen impactos significativos en las variaciones en las comunidades debido a la dinámica del paisaje manejado. La alta biodiversidad de la región demuestra en una curva colectora que la riqueza sigue aumentando, ahora con menor intensidad, pero con especies raras y amenazadas sumándose al gráfico. Mantener avistamientos de especies amenazadas, endémicas y migratorias es un indicador de conservación importante si se compara con las actividades realizadas por nuestra gestión.

Derivado del programa de monitoreo de biodiversidad, el Programa de Avistamiento de Fauna y el registro de Áreas de Liberación de Animales Silvestres se han convertido en importantes herramientas para el mantenimiento de la fauna local, la educación ambiental, el rescate y la reintroducción de especies nativas.

Dirigido a todos los empleados propios y ajenos de la empresa, el Programa de Avistamientos acerca a estas personas las implicaciones de la conservación de la fauna en su vida diaria. Se han registrado más de 2 mil animales desde el lanzamiento del programa y se han adoptado mejoras, como el desarrollo de un formulario inteligente para la captura y análisis rápido de datos.

A su vez, Asas es un programa voluntario con la agencia ambiental que registra áreas conservadas para la reintroducción de especies. La primera área registrada fue la Reserva Privada del Patrimonio Natural Lontra (Itanagra, Bahía), en 2021, y luego las Fazendas Reunidas Marcanair (Jandaíra, Bahía) y Cachoeira (Entre Ríos, Bahía). En conjunto, hasta la fecha, estas tres áreas han acogido y han dado una nueva oportunidad de supervivencia a más de 700 animales salvajes, entre aves, mamíferos y reptiles.

Producto inicial de las condiciones ambientales para nuestra operación, el Programa de Regularización Ambiental cubre dos vectores importantes: la restauración ecológica y la erradicación de especies exóticas. Diseñado mucho más allá de la regulación legal, el Programa de Regularización Ambiental ha recibido amplias mejoras basadas en razonamientos basados en la complejidad ecológica de los bosques nativos.

Un bosque restaurado necesita abordar una compleja red de interacciones entre fauna y flora con el medio ambiente. El diseño utilizado favorece la dinámica natural y su potencial de resiliencia. En este contexto, las especies funcionales para alimentación, lugares de refugio, barbecho y reproducción de fauna silvestre se convierten en grandes aliados, mientras que la lucha contra los factores de degradación es siempre el mayor desafío, junto con la erosión, la infestación de especies exóticas, los incendios y la invasión de ganado.

Los aspectos evaluados en el Programa de Restauración llevaron a una importante reducción de los costos por hectárea, la superior calidad de las plántulas y la elección de las especies correctas, resultando en una menor tasa de mortalidad. La erradicación de especies exóticas con muerte permanente, basada en la aplicación local y controlada de químicos, redujo los impactos sobre la vegetación nativa y el costo en comparación con la tala rasa de individuos de pino y eucalipto en medio de la vegetación nativa. Hasta la fecha, más de 8.000 hectáreas han sido restauradas gracias al esfuerzo de Bracell Bahía, aunque aún quedan muchos desafíos para mantener los fragmentos y controlar los factores de degradación.

A pesar de ser iniciativas distintas, el Programa de Monitoreo y el Programa de Regularización Ambiental se complementan en todo momento. A través de los resultados de las investigaciones sobre fauna y flora, es posible observar las especies necesarias para la siembra de plántulas y las interacciones que se reconectarán en el ambiente bajo restauración.

Conocer bien el entorno presente en el área de influencia nos proporciona un conocimiento robusto sobre las comunidades y su red de interconexiones en la búsqueda de contribuir al mantenimiento de un entorno complejo, dinámico, resiliente y sostenible.