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Matheus Duarte de Brito

Coordinador Técnico de Calidad en LD Celulose

OpCP71

Construção de um programa de qualidade florestal

La búsqueda de formas de competir con los cambios expresivos y repentinos del mercado se ha vuelto primordial en muchas empresas forestales en los últimos tiempos. El empresario y autor Adam Grant, en su libro Think Again , advierte de lo relevante que es repensar las “certezas” en el momento actual que vivimos.

Patrones, métodos, las mentalidades que hicieron que nuestros caminos corporativos fueran tan predecibles ahora son volátiles en muchas situaciones correspondientes. El hecho es que inmediatamente necesitamos prepararnos técnica y mentalmente para vivir en una realidad más cambiante.

Como en cualquier otra cultura agrícola, en las culturas forestales hay factores que sabemos claramente que no se pueden controlar (factores climáticos, por ejemplo). Por lo tanto, nos corresponde a nosotros adoptar estrategias efectivas dentro de nuestro espectro de acción. Entre las posibilidades se encuentran el control de los costos de producción de madera y acciones de mantenimiento y mejora de la productividad forestal. Relacionado con ambas perspectivas (costo y productividad), se destaca como camino la formación de programas de calidad forestal.

La estructuración y el aprovechamiento de un programa de calidad en la industria forestal comienza con el deseo de la gerencia de iniciar un proceso de cambio. Este deseo puede provenir del "amor" o del "dolor". Ante el crecimiento orgánico de un negocio y la llegada de nuevos empleados y proveedores, surge la demanda de rutinas de calidad como parte de la estrategia para alcanzar la productividad potencial y superar las metas de costos.

Diagnósticos, análisis, discusiones de resultados, procedimientos técnicos, gestión de personas e incluso paradigmas del modelo empresarial vigente, orientan y subsidian la formación de un sistema de gestión de la calidad en la empresa. A partir de ese momento, se abren nuevas direcciones para sostener y evolucionar el modelo. de la producción de madera anclada en la cultura de la calidad. Entre los diversos pilares que pueden componer la base para la formación de un programa de calidad forestal, se destacan: el compromiso de los líderes, la definición clara de procesos y rutinas, la integración técnico-operativa, la capacitación de los empleados y la promoción de cultura de calidad.

El liderazgo involucrado en el diseño de un programa de calidad tiene, además de los desafíos técnicos, la misión de promover la confianza entre los stakeholders, una clara visión de negocio y sustentar el nuevo modelo de trabajo, enfocado en la mejora continua. Este desafío puede magnificarse cuando, además de la necesidad de cambio, existen, en la empresa, equipos, procesos o metas en desarrollo y paradigmas que aún no han sido superados. El liderazgo debe ser efectivo y comprometido para la implementación exitosa de la calidad forestal como componente de generación de valor en el día a día de la empresa.

Al aclarar la visión y la estrategia, centrarse en la mejora continua y alentar la participación de los empleados, proporcionando recursos y apoyo, los líderes dan pasos significativos hacia el éxito en los controles operativos y los avances en la productividad. Mapear y estandarizar procesos y rutinas son otros puntos relevantes para fortalecer la presencia de la calidad en el día a día de las operaciones. A través de la gestión rutinaria, se desarrolla el soporte técnico, entre otros aspectos, teniendo en cuenta las particularidades de cada sitio forestal, que muchas veces se encuentran dispersos, con desafíos de gestión local.

Una comprensión clara de los flujos corporativos también contribuye a mejorar y optimizar los diferentes antecedentes técnicos que puedan tener los equipos. Es relativamente habitual que los equipos operativos estén formados por empleados que cargan con los más diversos bagajes, tanto técnicos como personales.

Es evidente que existe una voluntad, por parte de los profesionales, de sumar a la Buenos resultados. Sin embargo, si todo este fondo no se trabaja de manera estructurada y sistémica, con las herramientas adecuadas, no alcanzará su potencial y puede, en algunos casos, incluso comprometer la calidad de los bosques.

La alineación técnica con las rutinas operativas también puede conducir a ganancias en productividad y eficiencia, además de ser una fuente de información para la gestión técnica de la actividad, identificando brechas críticas. La gestión integrada de los procesos técnicos es otro pilar que puede considerarse clave para un programa de calidad forestal en formación.

Abrir un nuevo frente de acercamiento entre operación, planificación, investigación y desarrollo, vía la calidad, hace más eficiente el sistema en su conjunto. La calidad forestal, dado su estrecho contacto con las demás áreas de base forestal de la empresa, puede, a través de información y apoyo estructurado en campo, señalar necesidades de ajustes en cronogramas operativos, procedimientos técnicos, implementación de nuevas tecnologías, además de contribuir significativamente a la instalación exitosa de experimentos en plantaciones.

Las oportunidades se identifican en todos los niveles de evaluación: procesos (preparación de suelo o tala, por ejemplo), bosques jóvenes (evaluación a los 45 días, por ejemplo) o bosques maduros (evaluación a los 12 meses de edad, por ejemplo). La visión integrada de los procesos forestales potencia la capacidad de análisis, toma de decisiones y asertividad. La estructuración del programa de calidad brindará un frente adicional para la categorización de demandas calientes (ver y actuar, por ejemplo), demandas preventivas o estrategias de mediano y largo plazo, con buenas ganancias potenciales.

Desarrollar un programa de calidad forestal también implica fortalecer la formación técnica. La formación de los equipos y de sus líderes, considerando sus particularidades (muchas veces a nivel de los empleados) y de forma permanente, contribuye a una cultura de calidad, ya sea en estado de formación o de mantenimiento.

Crear un programa de calidad muchas veces trae desconfianza, resistencia, miedos, entre otros factores. La presencia continua del tema calidad, a través de la formación, ayuda a desmitificar paradigmas y disolver obstáculos para una nueva mentalidad en la empresa. De esta forma, los nuevos empleados ya se conectan con la calidad y, los que tienen más años al servicio, a través del Diagnóstico Técnico Operacional, por ejemplo, se mantienen alineados con el compromiso de mejora continua.

Si la calidad no tiene espacio en las agendas rutinarias de formación, tenderá a perder fuerza y la energía invertida. La calidad y la capacitación operativa deben ir siempre juntas, enfocadas a brindar una mejora técnico-operativa. Trabajar cualquier aspecto cultural en el día a día de las organizaciones no siempre es tarea fácil, ya sea en el ámbito de la seguridad laboral, el clima organizacional y, por supuesto, la calidad forestal.

No es difícil encontrar sectores de calidad operativa llamándose supervisores, vigilantes. En cierto modo esto puede no estar mal. La diferencia está en el nivel de madurez en el que se asimila la presencia y el concepto de calidad, frente a las presiones del día a día. No a todo el mundo le gusta ser evaluado o auditado, sacar una mala nota genera las más diversas reacciones. Sin embargo, por otro lado, es gratificante cuando se reconoce un trabajo bien hecho, que requirió esfuerzos y fuertes movilizaciones. Todavía es un desafío para muchos, pero es posible ver un mal resultado en términos de calidad como una oportunidad para evolucionar y prosperar.

Para que una empresa alcance este nivel de conciencia y compromiso con la cultura de la calidad, las formas de comunicación (horizontal, por ejemplo) asumen el protagonismo. Así, se puede favorecer la creación de hábitos y costumbres que fortalezcan el proceso de calidad, generando una cultura de mejora continua exitosa. Finalmente, también se puede considerar Uno de los pilares de un programa de calidad forestal es la atención a la organización, frecuencia y confiabilidad de la información generada.

Bases de datos y análisis integrados (estadísticas, espectrales vía imágenes digitales, inteligencia artificial, entre otros) podrán orientar los planes de acción, así como sus prioridades, refiriéndose a cuestiones hasta ahora desconocidas, cuyas resoluciones no son tan evidentes ni subjetivas. Por ejemplo, implementar una nueva tecnología o comprar maquinaria.

Los datos utilizados deben ser el resultado de un muestreo satisfactorio (en cantidades y con buena distribución espacial), con métodos de recolección y procesamiento más automatizados y organizados, de modo que puedan generar información inteligible para los diferentes niveles de la estructura organizacional. Preguntas como “¿Qué es relevante para cada audiencia? ¿Cómo y cuándo se agrega realmente cada pieza de información a cada proceso? ¿Son funcionales las consultas y el acceso a la información? ¿Qué se debe priorizar? ayudar en todo el proceso de gestión de la información.

La implementación de estos pilares (compromiso de liderazgo, definición de procesos y rutinas, integración técnico-operativa, capacitación de los empleados, promoción de una cultura de calidad y gestión de la información) asociados a la persistencia, la organización y la buena gestión de las personas son, sin duda, caminos para alcanzar niveles satisfactorios de la calidad forestal y sus consiguientes beneficios, como la reducción de residuos, el control de procesos, la optimización de recursos, la satisfacción de las necesidades de los clientes internos, el fomento de la innovación, el mantenimiento o el aumento de la productividad y la reducción de los costes de producción, por ejemplo.

Dentro de la concepción de calidad, no tendría sentido tener plazos para la realización de un programa de calidad forestal porque continuamente surgen nuevas necesidades, personas, adversidades, proyectos, oportunidades por explorar. En resumen, los resultados que genera un sistema de calidad generan oportunidades que viabilizan el gobierno corporativo y sustentan la perpetuidad de una empresa.