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Vlademir Martarello

Ingeniero Forestal y de Seguridad Ocupacional en Adami

OpCP69

La modernización del sector forestal en el sur de Brasil

Coautor: Juliana Tramontina, Ingeniera Forestal de Adami

La modernización del sector forestal en el sur de Brasil pasa por hitos a lo largo de la historia. Para comprender la evolución que representó y representa para el sector, es necesario realizar una breve reseña histórica.

La extracción de materia prima de los bosques nativos aseguró el crecimiento económico y el mantenimiento de las familias colonizadoras en el sur de Brasil a principios del siglo 19. A partir de la década de 1960, con la creación de incentivos fiscales, se inició la introducción de especies exóticas a escala comercial en el territorio brasileño. Las especies de los géneros Pinus y Eucalyptus permitieron el desarrollo de plantaciones a escala creciente, creando alternativas que redujeron la presión sobre los bosques nativos.

Al inicio de las actividades de reforestación, las técnicas de explotación utilizadas tenían como principal característica la fuerza humana y animal, haciendo uso de herramientas rústicas e imprecisas, como hachas, sierras y animales de tracción y arrastre. Poco a poco se fueron introduciendo motosierras y equipos agrícolas adaptados, iniciando una escalada en busca de ingresos y productividad.

En la década de 1990 llegaron los primeros equipos, desarrollados especialmente para uso forestal, de países europeos y de Estados Unidos. La inserción de este nuevo aparato tecnológico evidenció el inicio de la mecanización forestal en Brasil. Este avance, si bien señaló ventajas operativas claramente perceptibles en el campo de la producción forestal, estuvo marcado por altos costos y poca asistencia técnica especializada.

Así, el acceso a estos equipos por parte de las pequeñas y medianas empresas solo se dio después de algunos años, a medida que se hicieron más accesibles desde el punto de vista de las inversiones y evolucionaron en su forma de producción, incluyendo la incorporación de tecnologías nacionales.

En este sentido, se formó un nuevo escenario y se fomentó el desarrollo de nuevas metodologías y, en consecuencia, nuevas tecnologías para la producción, aplicación y cosecha. Sin embargo, la evolución no se dio de manera uniforme en el sector. La explotación forestal ha evolucionado considerablemente, mientras que la silvicultura, por ejemplo, actualmente carece de tecnologías operativas más desarrolladas.

Hoy, el aprovechamiento forestal cuenta con un mercado que provee equipos diseñados para el corte y extracción de madera bajo modelos altamente sofisticados, garantizando, desde el punto de vista ergonómico, altos niveles de desempeño operacional. La tecnología embebida en estos equipos, asociada a la telemetría, además de asegurar la precisión en las clases de surtido, control de producción y mantenimiento, permite el seguimiento fiel de las horas de trabajo y, a su vez, del desempeño del operario, ubicación en tiempo real de los equipos y transferencia simultánea de datos a los respectivos centros de gestión operativa.

Desde el punto de vista forestal, la modernización se dio principalmente en el sistema de siembra, pasando de un sistema manual a uno semi-mecanizado. Sin embargo, y aunque a una escala no muy destacada, la adopción de modelos de plantación mecanizada a través de sembradoras forestales supuso un avance significativo en cuanto a la calidad de la preparación del suelo, fertilización, siembra y riego cuando se trata de terrenos llanos y de pendiente moderada, dado que varios las operaciones ocurren simultáneamente en algunos modelos de sembradoras.

Este hecho también ha señalado un avance significativo en la microplanificación dirigida a la silvicultura de precisión. Por otra parte, las claras diferencias comprobadas e impuestas por el peculiar sistema de cultivo de las especies forestales, las condiciones del terreno y el tipo de intervención silvícola (plantación versus renovación), deben superar algunas limitaciones para atender a los más variados sistemas de implantación, que aún hacen que muchos productores y empresas opten por el sistema de siembra manual.

La planificación forestal, por su parte, ha experimentado una reingeniería estructural y estratégica en los últimos años gracias a herramientas innovadoras en el campo de la capacidad computacional, la obtención de datos de teledetección de alta resolución, el desarrollo de técnicas de geoprocesamiento y la aparición de vehículos aéreos no tripulados.

Estas tecnologías y herramientas nos han ayudado a pasar de mapas analógicos a mapas temáticos detallados y actualizados en formato digital, disponibles en las pantallas de los dispositivos móviles, con interfaces de usuario final amigables e interactivas. No se trata solo de pasar de lo analógico a lo digital. Se trata de tomar decisiones rápidas, estratégicas, asertivas y ágiles, ya que pueden ser tomadas en tiempo real.

En el ámbito del inventario forestal, los equipos de medición siguieron la misma evolución, junto con las metodologías de recolección y procesamiento de datos. Sin embargo, la necesidad de planes de levantamiento constantes y la medición de datos de campo sigue siendo predominante, lo que hace que esta práctica sea relativamente costosa. El uso de datos LiDAR (Light Detection And Ranging) es el avance más reciente en el campo del inventario forestal.

Inicialmente, las limitaciones inherentes a esta nueva geotecnología se debían al elevado coste de inversión, aunque el avance en este campo del conocimiento y la aplicación más aplicada de estos datos aseguran una viabilidad y accesibilidad cada vez más amplia. El reto de esta aplicación es garantizar la exactitud de los inventarios forestales, en comparación con los realizados bajo técnicas tradicionales. Independientemente del punto focal, la modernización se nota en toda la cadena de producción: desde la planificación de la implementación hasta la logística del transporte, desde la producción de plántulas hasta la cosecha.

La evolución continua no se puede atribuir principal y exclusivamente al reconocimiento de las demandas y necesidades del sector forestal, pero en paralelo a la planificación y desarrollo simultáneo y continuo de la investigación científica aplicada. La investigación, cuando se desarrolla y piensa en base a las demandas que surgen de los procesos productivos, es la forma más segura y eficaz de buscar soluciones e innovaciones.

Esto es posible con los esfuerzos conjuntos de las instituciones de investigación y el sector privado. Vale la pena señalar que esta evolución se construye gradualmente y, cuando se basan en modelos de gestión de la ciencia, la tecnología y la innovación, se proponen nuevas soluciones en el marco de la escalada en la búsqueda de modelos operativos cada vez más productivos. Esta sería una forma de cumplir con los deseos de la industria, sin dejar de lado la preocupación consciente que el sector forestal lleva en su DNA: un modelo de producción sostenible.

La modernización del sector forestal hoy llega al nivel de la conectividad, donde todo está conectado y los datos se transfieren en tiempo real, desde cualquier lugar. Internet de las cosas, la telemetría y la teledetección son tecnologías que están transformando la forma en que se recopila, transfiere y analiza la información. En este sentido, el sector forestal se ha ido asegurando y ampliando su ámbito de actuación, cristalizándose como un sector significativamente competitivo e innovador.

En este escenario de avances en métodos y tecnologías, se hace claro y evidente que el sector forestal brasileño permanece alineado con lo más moderno del mercado, siempre atento a las nuevas tendencias y tecnologías disponibles. Algunos ejemplos que orientan tales afirmaciones son las recientes iniciativas de investigación y desarrollo en equipos semiautónomos, que permiten ganancias de productividad, o la motorización eléctrica, que apuntan a reducir la emisión de contaminantes. Como protagonistas están todos los profesionales forestales y áreas multidisciplinares, que, a través de alianzas estratégicas, siguen conscientes de que se avecinan nuevos retos, pero con la certeza de que el sector está capacitado y preparado para vislumbrar un nuevo hito evolutivo.