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Leonardo Rodrigues Barbosa

Investigador de Embrapa Florestas

OpCP70

Error de bronceado: situación actual y opciones de gestión

La introducción de plagas exóticas en las plantaciones de eucalipto en Brasil es histórica y se ha incrementado con la globalización de las relaciones comerciales y el creciente tráfico de personas y mercancías. Entre las principales especies establecidas en el país se encuentra la chinche del eucalipto, Thaumastocoris peregrinus (Hemiptera: Thaumastocoridae), lo que ha causado pérdidas directas para el cultivo de eucalipto.

Desde su introducción en Brasil, en 2008, comenzaron brotes poblacionales de esta plaga, provocando pérdidas de productividad, aumento de los gastos con el control de plagas e impactando los programas de manejo de plagas existentes, además de aumentar el riesgo de incendios forestales, por la desecación y posterior caída de las hojas de los árboles.

La chinche canela es un insecto chupador que vive en grupos, con ninfas y adultos que se encuentran preferentemente en la parte abaxial de las hojas más viejas de la planta. Como síntomas de su ataque se observan, en el campo, hojas de aspecto plateado que luego evolucionan a un aspecto tostado, provocando la defoliación parcial o total del árbol, con pérdidas en la productividad de la madera de eucalipto de hasta un 20%, en altas poblaciones de esta plaga.

El insecto adulto y las ninfas tienen un color café claro y un cuerpo aplanado, tienen la costumbre de caminar mucho sobre las hojas y el tronco y generalmente son fáciles de ver, variando el tamaño del adulto de 2 a 4 milímetros. Cada generación de vida de este insecto dura un promedio de 50 días. Los ataques de chinches son más frecuentes en plantaciones de entre uno y cinco años, principalmente asociados a los meses más secos del año.

Se comprueba el solapamiento de generaciones. durante todo el año, y una gran cantidad de ninfas y adultos pueden ocurrir en hojas de eucalipto. Una característica peculiar de este insecto es el rápido movimiento de ninfas y adultos a través de las hojas, cuando se les molesta. Desde 2009, el Programa Cooperativo de Protección Forestal, del Instituto de Estudios e Investigaciones Forestales, aplica un cuestionario a empresas y productores forestales para estimar el área atacada por plagas en plantaciones de eucalipto.

Los brotes poblacionales de chinches han fluctuado a lo largo de los años, registrándose los ataques más intensos en 2012. En ese año se registró la presencia de la plaga en aproximadamente el 21% del área de siembra relevada, lo que equivale a 245.000 hectáreas atacadas. Entre 2020 y 2021, las infestaciones alcanzaron más de 200.000 hectáreas, para un área total censada de 3,5 millones de hectáreas. Por lo tanto, esta plaga aún requiere acciones de manejo para minimizar su impacto.

Para contener su avance en Brasil, el Programa Cooperativo de Protección Forestal, del Instituto de Investigaciones y Estudios Forestales, creó, en 2008, un proyecto cooperativo con la participación de Embrapa Florestas, Embrapa Meio Ambiente, Universidade Federal de Viçosa y Universidade Estado Paulista en Botucatu.

Este grupo estableció un programa de manejo y control biológico de la chinche del bronceado que, entre otras acciones, introdujo desde Australia, en 2012, el parasitoide de huevos Cleruchoides noackae. La articulación entre los entes reguladores y las empresas de plaguicidas y la realización de investigaciones para la adopción del control químico de la chinche fueron otro aporte importante de este proyecto al manejo de la plaga.

Las tácticas de manejo disponibles para el chinche de cama incluyen el control químico para contener los brotes de población y el control biológico con Cleruchoides noackae, para épocas en que la densidad de población de la plaga no sea muy alta. La base para adoptar estas tácticas es el monitoreo. Para detectar la plaga se utilizan tarjetas adhesivas amarillas, de 12,5 centímetros de largo y 10 centímetros de ancho, adheridas a troncos de árboles a 1,8 metros de altura.

La intensidad de muestreo es de una ficha por cada 500 o 1.000 hectáreas de eucalipto, dependiendo de la historia de la zona y la facilidad de operación de cada empresa. Estas tarjetas se intercambian y evalúan cada 30 días para contabilizar el número de individuos de esta plaga. La intensidad del ataque debe evaluarse in loco, cortando dos ramas (plantas de hasta dos años) o un árbol (plantas de más de dos años) cada cinco a 10 hectáreas, muestreando 10 hojas del tercio medio del árbol para contar ninfas, adultos y posturas del bicho moreno. El buen establecimiento de Cleruchoides noackae en varias regiones de Brasil, en los últimos diez años, con tasas de parasitismo cercanas al 60%, demuestra el valor de este parasitoide para el control biológico de esta plaga.

Paralelamente al desarrollo del programa de control biológico, se estudiaron e impulsaron opciones para su manejo químico y microbiano, lo que culminó con el registro, a partir de 2012, de diferentes moléculas y productos para el control de plagas. Actualmente, existen 4 productos registrados en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento para su control, que involucran moléculas de los grupos químicos piretroides y neonicotinoides.

La capacidad de producir Cleruchoides noackae en grandes cantidades y con calidad, en la creación de laboratorio, fue decisiva para el éxito del programa de control biológico de chinches en Brasil. Las estrategias desarrolladas en el país se replicaron en varios otros países donde las chinches son un problema. Además, Brasil aportó a los países vecinos, enviando el parasitoide a Uruguay, que a su vez lo envió a Argentina, asegurando así la expansión del control biológico de esta plaga en el Cono Sur.

Otro aporte importante fueron los estudios sobre la adaptación de Cleruchoides noackae a las condiciones climáticas del Norte y Nordeste de Brasil (MATOPIBA). En el último año se confirmó su implantación en Maranhão y se están realizando estudios para evaluar su eficiencia. Actualmente estamos trabajando en estrategias que puedan optimizar la producción de Cleruchoides noackae en el laboratorio y ampliar el enfoque de control biológico para el manejo de la chinche del bronceado. Todos los conocimientos y técnicas desarrollados serán transferidos a las empresas forestales.