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James Stahl

Investigador en Suelos y Gestión Silvícola de Klabin

OpCP70

Conservar un importante patrimonio: el suelo

En tiempos de franca expansión del sector de base forestal y en un escenario de altos precios de la tierra, el enfoque en la conservación del suelo, combinado con la maximización y mantenimiento de la capacidad productiva de este recurso, es vital para el éxito de nuevos proyectos y la continuidad de proyectos proyectos ya instalados.

El suelo, que es la base de la producción en los sectores agrícola y forestal, asociado a las prácticas de manejo adoptadas a lo largo de los ciclos productivos, es fundamental para promover y garantizar un ecosistema productivo conservacionista y sostenible en el tiempo. El sector de los bosques plantados ha estado en constante evolución durante las últimas cinco décadas, en la adopción y uso de prácticas conservacionistas en la plantación y manejo de eucaliptos y pinos.

Uno de los destaques fue el cambio en las actividades del proceso de preparación del suelo, pasando de un modelo donde se quemaba todo tipo de residuos durante la limpieza del área y preparación intensiva del suelo con arado y rastra en el área total a un modelo de cultivo mínimo con subsolado en la línea de siembra, desecación de la masa vegetal con el uso de herbicidas y mantenimiento de residuos en el suelo entre líneas de siembra.

Estos métodos y estrategias de gestión se sustentaron en la generación de conocimiento científico y técnico, en alianzas con universidades e institutos nacionales de investigación, y en el desarrollo interno y aplicación práctica de conceptos por parte de empresas del sector, en cada realidad local de suelo y clima en que se insertan.

Además del cambio en la gestión adoptada, las constantes inversiones de las empresas en el mapeo a escala cada vez más detallada de los ambientes de producción, como el mapeo digital de elevaciones del terreno por LiDAR y el mapeo semidetallado de suelos, permiten el uso conservacionista de el suelo con alto grado de tecnificación. Los resultados positivos de estas prácticas están asegurados por el creciente desempeño en monitoreo y certificaciones ambientales que actualmente tienen las empresas del sector.

En el contexto de Klabin, que a lo largo de su historia ya utiliza el suelo en partes de sus áreas desde hace más de 60 años, tanto en las unidades forestales de Paraná como en Santa Catarina, la empresa ganó destaque internacional en la gestión forestal utilizada en sus áreas. La empresa es referente mundial en el uso de plantaciones en mosaico, donde combina una vasta área de bosques nativos preservados con plantaciones de pinos y eucaliptos en diferentes edades.

Esta premisa de manejo de utilizar dos géneros, que requieren prácticas de manejo diferentes y tienen un ciclo de producción diferente, siete años para el eucalipto y dieciséis años para el pino, requiere un gran esfuerzo en la planificación estratégica y operativa, para que se produzca la mejor asignación de cada especie. para cada localidad, ajustados al balance de abastecimiento de la industria y manteniendo la gestión del mosaico.

Este desafío de igualar las mejores prácticas para cumplir con estos supuestos de manejo se traduce en una serie de oportunidades, entre ellas el uso de una estrategia de rotación de cultivos a lo largo de los ciclos, entre pino y calyptus. El uso alterno del suelo, incluso por especies forestales, termina promoviendo diferentes insumos al sistema, como diferentes ciclos biogeoquímicos, diferentes eficiencias en el uso de los nutrientes del suelo, en la cantidad y calidad de los residuos de cosecha que quedan en el suelo, así como así como diferencias en el sistema de raíces, entre muchas otras características relacionadas con cada especie.

Otro punto a destacar es que, en el proceso de ampliación de la base forestal, en el escenario de ocupación y uso de tierras de nuevas áreas en distintas regiones del país, donde, en su mayoría, se trata de convertir pastizales para el cultivo de eucaliptos y pinos, resultan, al final de un ciclo productivo, en importantes ganancias en calidad ambiental y sustentabilidad. Estudios recientes de Embrapa Florestas demuestran que las áreas de pastos convertidas en plantaciones de eucalipto tienen el potencial de aumentar el stock de carbono en el suelo en un 11%, en la capa de cero a 20 centímetros, evidenciando la mejora en los atributos del suelo con la entrada del árbol. componente, incluso para fines industriales.

Otros resultados importantes se obtienen con un conjunto de acciones de manejo practicadas durante la implantación y conducción de las plantaciones, tales como la estabilización y recuperación de procesos erosivos presentes con alta frecuencia en áreas de pastos, aflojamiento del suelo, de forma localizada en la plantación. hileras, y la construcción y adecuación de una red vial interna, utilizando técnicas conservacionistas. Estas prácticas en conjunto, cuando se ejecutan bien, reducen significativamente las pérdidas de suelo y ayudan en la regulación hidrológica local.

La búsqueda de mantener la capacidad productiva de los suelos ya ocupados por plantaciones forestales, que constantemente están sujetos a materiales genéticos altamente productivos, requiere que las prácticas de manejo, además de superar las limitaciones físicas del suelo, promuevan una adecuada reposición de nutrientes con base en la equilibrar las entradas y salidas de estos componentes del sistema.

La generación y aprovechamiento de información sobre la fertilidad del suelo en las áreas a sembrar, así como una caracterización de la eficiencia en el uso de nutrientes por parte de los materiales genéticos, permiten avanzar en el conocimiento específico de la interacción suelo-planta en cada región, adecuando las dosis de reposición necesarias de nutrientes, con el fin de hacer un uso eficiente de los insumos y sustentar los niveles de productividad esperados.

Si bien la actividad del bosque plantado tiene ciclos productivos de mediano y largo plazo y que, en la actualidad, el conocimiento y las prácticas de conservación ya están disponibles en el sector, la generación e implementación continua de las mejores prácticas encaminadas a la conservación del suelo son necesarias y deben difundirse, desde los pequeños hasta los grandes productores. De esta forma, el bosque plantado seguirá asegurando la perpetuidad de uno de nuestros mayores bienes, el suelo.