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Alex Passos dos Santos

Director de Maxitree Florestal

OpCP69

Una mirada a la producción y la calidad de las plántulas

Recuerdo mi ingreso como profesional en el sector forestal, allá por el año 2001. En ese entonces, aún con mi maestría en curso, en la cual me dediqué a la evaluación selvícola de clones de la especie Eucalipto por macro y micropropagación, imaginó las diferentes posibilidades de aplicación de la tecnología de propagación vegetativa en el sector forestal, incluyendo cambios en el proceso de producción de plántulas.

La empresa en la que tuve la oportunidad de empezar a poner en práctica todos los aprendizajes aprendidos en la universidad estaba realizando una modernización de su vivero para la producción de plántulas forestales, adoptando el uso de modernas barras de riego, traídas del sector de las plantas ornamentales, entre otras. otras, otras novedades, una fuente constante de innovación y tecnología que, con el compromiso de los profesionales del sector, se convirtieron en “adaptaciones” a la producción de plántulas.

Desde entonces, he sido testigo de numerosos intentos, en diferentes empresas y viveros comerciales de producción de plántulas, de transformar el conocimiento tácito de los viveros en procedimientos, con la automatización del proceso siempre que sea posible. Incluso participé en un proyecto multidisciplinar que tenía como objetivo gestionar el riego en pleno sol instalando sensores en los tubos, que emitían señales sonoras cuando el contenido de humedad del sustrato era inferior al esperado, para que el responsable del riego pudiera accionarlo. Este proyecto no logró el éxito esperado, y la operación se mantuvo por la evaluación visual y conocimiento del responsable del proceso.

Lo que se puede ver durante todos estos años fueron, en su mayor parte, intentos frustrados de modernizar y automatizar los viveros de producción de plántulas. Encontré, en diferentes viveros, centros de control computarizados de minihuertos clonales, invernaderos y áreas de pleno sol, que una vez instalados quedaron obsoletos, y las riendas de la producción de plántulas, repercutiendo directamente en su calidad, por lo que es prácticamente imposible mantener un estándar.

Uno de los pocos casos de modernización de un vivero para la producción de plántulas por este camino fue presentado en el número 62 de la Revista Opinões, con el artículo titulado “Automatización de Viveros Forestales, La era de los datos a favor de la silvicultura”, en el que El autor refiere el proyecto del nuevo vivero, recientemente instalado en la ciudad de Três Lagoas (Mato Grosso do Sul), como “Fábrica de plántulas”, que, según describe, comenzó en 2009, con las primeras prospecciones e idea de desarrollo, y comenzó a operar en marzo de 2017.

Un año antes del inicio de este vivero, tuvo lugar una de las reuniones del recién creado Programa Cooperativo de Mecanización y Automatización Forestal, perteneciente al Instituto de Investigaciones y Estudios Forestales, en la que se decidió, por parte de las empresas participantes, que el Programa Cooperativo de Mecanización y Automatización Florestal se enfocaría en la mecanización de procesos silvícolas.

Con la creación del programa cooperativo y las discusiones sobre el tema, el número de fabricantes que comenzaron y continuaron invirtiendo en sembradoras solo aumentó. Pero, ¿qué tiene que ver la producción de plántulas por viveros forestales con la tecnificación en la siembra? La respuesta se refiere directamente a la calidad de las plántulas y su influencia en el funcionamiento de la siembra mecanizada.

Y, para el tema “producción de plántulas”, cómo podemos definir “calidad”, en un escenario en el que cada empresa tiene su vivero de producción de plántulas, en gran parte obsoleto, utilizando básicamente la misma estructura de hace 20 años, o quién sabe ¿aun mayor? En algunos casos, cuenta con diferentes viveros o compra plántulas en el mercado y las envía a sembrar. Agregue a eso el hecho de que cada lote de plántulas producidas tiene al menos tres estándares de calidad diferentes.

Ante este escenario, ¿cómo atender las demandas de los equipos, teniendo en cuenta que cada sembradora desarrollada o en desarrollo tiene su peculiaridad y, para cada una de ellas, son necesarias características específicas de las plántulas? Es fundamental recalcar que un punto en común entre las sembradoras con las que he tenido la oportunidad de tener algún tipo de contacto es que estos equipos siembran las plántulas por gravedad.

Así, cuando hablamos de requisitos de calidad de plántulas para la siembra mecanizada, no podemos dejar de considerar la altura total de la plántula (sustrato más parte aérea), el diámetro del cuello, la tortuosidad del tallo, el número de ramificaciones y pares de hojas, estructura del sustrato y peso de las plántulas. Por regla general, estas son características que, por separado o en conjunto, pueden ser responsables del taponamiento de la sembradora, no alcanzando la profundidad ideal y fallas de plantación, entre otros problemas operativos, cuando no cumplen con el estándar definido como "ideal cambio".

Es necesario conformar un gran foro de discusión multidisciplinario, para pensar juntos la modernización de los viveros forestales, tema que, de vez en cuando, vuelve a la mesa de debate. Al pensar en la operacionalización de las sembradoras, es necesario establecer los requisitos de calidad de las plántulas, definir qué parámetros impactan realmente en el momento de la siembra y cómo lograr que los viveros cumplan con estas exigencias con calidad. Es claro cuán compleja es esta cadena y el camino que aún tiene por delante el sector forestal para que la modernización de las plantaciones forestales se lleve a cabo de manera efectiva. Mi intención, al escribir algunas consideraciones para este artículo, es llamar a todos a reflexionar sobre el tema y me gustaría terminar citando al filósofo Mario Sérgio Cortella, quien dice: “nunca seas incapaz de renovar tu propio conocimiento”.