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Edson Luiz Furtado

Profesor de Patología Forestal de la Unesp-Botucatu

OpCP70

Manejo de enfermedades bacterianas en eucalipto

Coautoría: Luís Thadeo Poianas Silva, Profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias, Departamento de Sanidad Vegetal de la Unesp

Brasil es referencia mundial en la producción de eucalipto, por sus acciones basadas en la sustentabilidad, la competitividad y la innovación. Uno de los componentes más importantes para garantizar la productividad, después de la resistencia, es el manejo integrado de plagas y enfermedades. Entre las enfermedades destacan las que atacan la raíz, el tronco, el sistema vascular y el sistema foliar. En este artículo nos centraremos en las enfermedades foliares de origen bacteriano, las cuales engloban a un grupo de patógenos con cierta similitud morfológica, requiriendo estudios bioquímicos y moleculares para la caracterización de estos patógenos.

El daño comienza en el vivero, donde provoca una reducción de la productividad de las plántulas y puede continuar hasta la plantación definitiva, donde puede provocar una intensa defoliación, secado de ramas y puntas y mortalidad de las plantas, dependiendo de la especie de patógeno involucrada.

Eucalipto y enfermedades bacterianas:

El área con cultivos forestales en Brasil es de más de nueve millones de hectáreas. Estas plantaciones están ubicadas principalmente en los estados de Bahía, Mato Grosso do Sul, Minas Gerais y São Paulo. Varias especies de Eucaliptos son cultivadas en el mundo, y en Brasil, con alta productividad, debido a los programas de mejoramiento genético y Protección Forestal, que aseguran que el sector forestal brasileño sea uno de los más competitivos del mundo.

El sector forestal representa el 1,2% del Producto Interno Bruto Nacional, con ingresos brutos totales de 97,4 mil millones de reales, generando ingresos para 3,75 millones de brasileños. Sin embargo, la plantación de eucaliptos en grandes macizos homogéneos, con pocas especies clonales, favorece la aparición de enfermedades y plagas, con pérdidas económicas.

Las enfermedades bacterianas más conocidas del eucalipto son las marchiteces vasculares, causadas por Ralstonia solanacearum, las manchas foliares, con el complejo de especies Xanthomonas y Pseudomonas, manchas foliares, el secado de yemas en un jardín clonal y el secado de ramas y yemas por Enterobacteriaceae (Tabla destacada).



La marchitez por Ralstonia fue reportada en Brasil, por primera vez, a principios de la década de 1980, en el municipio de Prata, Minas Gerais, en plantaciones de Eucalyptus grandi. En 2005, se estimaron las pérdidas de plántulas y propágulos en la fase de multiplicación de esquejes y se concluyó que la enfermedad provocó pérdidas económicas elevadas en los viveros de eucalipto de los estados de Bahía, Espírito Santo, Maranhão, Minas Gerais y Pará, totalizando un daño estimado en 50 millones de reales.

Mancha bacteriana causada por el complejo bacteriano de la especie Xanthomonas y pseudomonas obtuvo sus primeros registros a mediados de la década de 1990 en plántulas de la especie Eucalyptus, en viveros del estado de São Paulo. En una encuesta realizada entre 2003 y 2008, en doce viveros de los estados de Bahía, Goiás, Minas Gerais y Rio Grande do Sul, se perdieron alrededor de 15 millones de reales, con descartes de 11.266.819 plántulas y 553.991 minitocones.

Finalmente, la sequía del pointer de eucalipto, causada primero por Erwinia psidii, se originó inicialmente en Uruguay y Argentina y luego en Brasil. Entre 2010 y 2016, en el sur de Brasil, alrededor de 314 hectáreas de áreas con plantaciones de eucaliptos fueron afectadas por la enfermedad, con severidad media y alta, reduciendo el crecimiento en altura y circunferencia a la altura del pecho. Hasta que, en 2019, encontraron el género Pantoea y otras enterobacterias, asociadas a los síntomas.

Por lo tanto, existe una necesidad real de realizar más estudios con respecto a las fitobacterias reportadas, con el fin de esclarecer la interacción entre ellas y el daño creciente a las plantaciones forestales, ya que el control de enfermedades bacterianas en las plantas es generalmente difícil, haciéndose prácticamente imposible después de la inicio de la epidemia. El manejo debe comenzar en el jardín clonal, y se deben tomar medidas, incluso en el vivero, para evitar que estos patógenos lleguen al campo. El objetivo de este trabajo es resaltar las medidas de control y manejo para este importante grupo de fitopatógenos.

Manejo de enfermedades bacterianas:

Hemos señalado, en nuestros cursos en la empresa de “Manejo Integrado de Enfermedades de Enfermería”, que las medidas de asepsia y limpieza son fundamentales para avanzar hacia la “zona cero” de las enfermedades bacterianas, combinadas con un método de diagnóstico certero. Estos enemigos del vivero pueden ingresar a las instalaciones a través de los tubos, con la tierra que llega del campo, a través del sustrato utilizado en la formación de las plántulas, a través del agua de riego, a través de las plántulas y clones que forman el minihuerto y a través de los camiones utilizados para transportar los insumos.

Dentro del Manejo Integrado de Enfermedades del Vivero se aboga por medidas preventivas, en definitiva: tener un adecuado delineado, separando la zona contaminada (recepción de tubos, rebozado y lavado de tubos) del jardín clonal y zona de entutorado. Así como el depósito de insumos debe ser externo a esta zona. El tractor para ingresar con tubos e insumos debe pasar por una pileta con cloro, llamada foot-deluvium, removiendo la suciedad de las llantas. Proceder a tratar los tubos y cubetas con agua caliente (a 85 grados centígrados durante 1 minuto). Periódicamente, realizar la prueba PCR, con cebadores específicos al agua y sustrato, así como a las plántulas despachadas.

Realizar visitas periódicas a todos los espacios del vivero: jardín clonal, invernaderos y zona de crecimiento y expedición. Al localizar plantas con síntomas, realizar diagnóstico de campo; en caso de duda, enviar material al Laboratorio de Patología Forestal de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, para diagnóstico de laboratorio.

La erradicación de tocones y plantas enfermas es una medida adecuada contra las enterobacterias y la marchitez por Ralstonia. Para manchas foliares marcar los tocones y aplicar un bactericida y/o inductor de resistencias autorizado. En clones muy susceptibles a enterobacterias y Ralstonia wilt, reemplace estos clones con materiales resistentes.

La inspección de plántulas para ser enviadas a campo debe ser realizada por personas capacitadas en diagnóstico visual; para tinciones de Xanthomonas Pseudomonas, las plántulas deben estar libres de manchas y tener más de 10 pares de hojas. Para enterobacterias y Ralstonia, que son endófitas en esta etapa, realizar la prueba de PCR periódicamente, con cebadores específico. En caso de que lleguen plántulas infectadas y se planten en el campo, los daños y pérdidas pueden ser muy elevados, ya que aún no existen medidas de control efectivas para estas enfermedades bacterianas.