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Reginaldo Gonçalves Mafia

Gerente de Tecnología de Manejo Forestal de Suzano

OpCP70

La nueva era de la protección forestal

En Brasil, las plantaciones de eucalipto alcanzaron el año pasado 7,53 millones de hectáreas. A pesar del crecimiento más acelerado recientemente, la disponibilidad de madera sigue siendo un factor que dificulta aumentar la capacidad productiva de la industria de la celulosa y el papel, así como la producción de nuevos productos a partir de la biomasa forestal. Adicionalmente, el cambio climático, la aparición de nuevas plagas y enfermedades, la expansión a nuevas regiones, donde naturalmente hay un menor conocimiento del medio ambiente, son factores limitantes para el aumento de la productividad y, en consecuencia, del suministro de madera.

En este contexto, la protección de las plantaciones de eucalipto frente a pérdidas cobra aún más relevancia. La protección forestal ha experimentado una gran evolución en las últimas décadas. De manera didáctica, podemos separar este progreso en tres períodos. La primera, entre las décadas de 1980 y 2000, comprendió la fase de descubrimiento, caracterización y estudios de bioecología y control de plagas, enfermedades y malezas. Luego, entre 2000 y 2020, se desarrollaron protocolos para evaluar la resistencia de los clones de eucalipto a plagas y enfermedades, así como se intensificó el uso del control biológico.

En el mismo período, tuvo lugar la introducción del manejo integrado de malezas. A partir de 2020, es posible distinguir una nueva etapa, en la que el uso de la biotecnología asumirá un papel aún más importante, con el uso de eucaliptos genéticamente modificados, que podrán conferir características de mayor productividad, resistencia a plagas y tolerancia a herbicidas.

Además, considerando el escenario actual, en esta tercera fase es fundamental invertir en la selección de clones y en el ajuste del manejo para formar bosques más resilientes al cambio climático. La transformación genética es una excelente herramienta para agregar características deseables para aumentar la productividad y la calidad de la madera, ya sea directamente o mediante un uso más eficiente de los recursos ambientales y/o una mayor resistencia de las plantas.



Normalmente, para obtener ganancias directas de crecimiento, ya que se trata de caracteres cuantitativos, el proceso involucra más genes y es más complejo. Por otro lado, para agregar un atributo cualitativo, por ejemplo, resistencia a una plaga o tolerancia a cierto herbicida, el proceso es comparativamente más simple, involucrando uno o unos pocos genes. Esta diferencia en complejidad y ganancia potencial, así como la forma de sincronizar los avances en el programa de mejoramiento convencional y la transformación genética, deben tenerse en cuenta al definir una buena estrategia de desarrollo clonal de eucalipto.

Ya existen clones de eucalipto transformados genéticamente para aumentar la productividad de la madera y tolerar el herbicida glifosato. Otros eventos genéticamente modificados para resistencia a insectos plaga están siendo evaluados por la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad. Si bien estas tecnologías ya se utilizan de manera segura en la agricultura, debido a las barreras de la certificación forestal, las plantaciones de eucaliptos genéticamente modificados aún se llevan a cabo a escala piloto experimental.

Esta realidad necesita ser cambiada en vista de las ganancias potenciales. En el caso del eucalipto tolerante al glifosato, además del menor riesgo de pérdida de productividad por fitotoxicidad de las derivas, se espera aumentar la seguridad en el trabajo, ya que se podrán utilizar aplicaciones totalmente mecanizadas, con mayor eficiencia, menor costo y la exposición de los trabajadores.

Desde el punto de vista ambiental, existe una oportunidad para optimizar el uso de herbicidas, ya que se podrá posicionar mejor el momento de la aplicación. Otro ejemplo interesante es el desarrollo de eucaliptos con resistencia a plagas. En este caso, además de reducir los costos de control, cabe mencionar la eliminación de pérdidas y el uso de insecticidas para el control, lo que representa un gran paso hacia la reducción del uso de pesticidas.

Es importante mencionar que estas tecnologías forman parte de la gestión integrada como una herramienta adicional. Vale la pena recordar que la mejor forma de aumentar la sustentabilidad ambiental, para la producción vegetal, sigue siendo lograr una mayor productividad, ya que así seremos aún más eficientes en el uso de los recursos y con menor demanda de área para cultivo.

Hasta cierto momento, la posibilidad de lucrar con el uso de eucaliptos genéticamente modificados parecía una realidad lejana, ya que no existían eventos probados de eficiencia y las certificaciones no permitían plantar a escala comercial. Esta realidad ha cambiado y, actualmente, ya existen eventos efectivos y aprobados, que han demostrado ser seguros para la salud humana, los animales y el medio ambiente.

Por otro lado, no ha habido una evolución en la política de certificaciones forestales, que aún no consideran el avance de la ciencia y la evolución mundial de los sistemas regulatorios. A modo de comparación, para los principales cultivos agrícolas, el uso de cultivos transgénicos es una realidad desde hace más de 20 años, y los alimentos provenientes de estos cultivos se consumen a diario.

Es importante mencionar que la Ley Nacional de Bioseguridad y las Resoluciones Normativas de la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad son cuidadosas y eficientes para evaluar, monitorear y regular el uso de organismos genéticamente modificados. No reconocer esta competencia por parte de las agencias certificadoras y flexibilizar el uso de biotecnologías seguras es, cuando menos, una contradicción, con impactos en la competitividad del sector forestal y en la obtención de ganancias ambientales.

En otra área importante para la protección forestal, se han desarrollado bases de conocimiento sobre evaluación frente a agentes bióticos. Estas evaluaciones tienen como objetivo determinar y seleccionar fenotipos resistentes a plagas y patógenos, proceso denominado “fenotipado”. De ahora en adelante, sin embargo, considerando el cambio climático y las variaciones climáticas más significativas, se vuelve fundamental desarrollar metodologías para seleccionar clones más resistentes a los factores abióticos.

Entre estos factores vinculados al medio ambiente, la resistencia al déficit hídrico parece ser el más relevante, ya que, en las principales regiones productoras de eucalipto, los eventos de sequía drástica se han convertido en una constante cíclica. Por ello, estamos invirtiendo en la caracterización de marcadores fisiológicos y en técnicas para seleccionar clones más tolerantes al déficit hídrico y más adaptados a la siembra en suelos arenosos.

El crecimiento del eucalipto o de cualquier otra planta está condicionado al efecto del genotipo, el ambiente y la interacción de estos factores. Considerando que el medio ambiente es cada vez más variable en el espacio y el tiempo, es importante repensar la forma de llevar a cabo el mejoramiento genético y manejo de las plantaciones de eucalipto. De lo contrario, no podremos alcanzar mayores niveles de productividad y minimizar las pérdidas causadas por agentes nocivos, ya sean factores bióticos o abióticos.